La huelga triunfa en la calle y convierte a Menorca en la isla balear más descontenta con los recortes
Los profesores tiran del carro de la protesta, patente en escuelas y el hospital
D. Marquès | 14/11/2012
Como hace medio año, la huelga general volvió a triunfar este miércoles en Menorca más en la calle que en los centros de trabajo. Unas 10.000 personas participaron en la doble manifestación más masiva que se recuerda, la convocada por los sindicatos en Maó y Ciutadella y que sirvió para desatar las muestras de «cabreo» y descontento más evidentes contra las políticas de Rajoy y los recortes del Govern balear.
En los días previos se habían esgrimido tantas razones y motivos de rechazo que la protesta unió en una misma voz a multitud de colectivos. Incluso a los partidos de izquierda, que se implicaron de forma activa al lado de las pancartas.
El resto del día, la huelga total no logró su objetivo de paralizar Menorca, pero sí hizo que la Isla liderara la protesta contra los recortes en el sector público en el conjunto del archipiélago. A diferencia de lo ocurrido en Balears y el resto de España, donde la huelga tuvo una menor incidencia que la del 29 de marzo, la protesta ayer fue secundada en Menorca de forma más concurrida que hace medio año.
Lo reconocieron hasta la patronal y la propia administración pública. La primera admitió un seguimiento de la huelga del 6% en el sector privado -el doble que en marzo- y los comercios, pese a permanecer abiertos, registraron menos compras de lo habitual. El Govern, por su parte, elevó el número de funcionarios en huelga desde el 17,5 al 23%. Según el Ejecutivo autonómico, Menorca fue la Isla balear donde más empleados públicos se ausentaron en los centros de salud (11,91%) y los colegios (31,64%).
Precisamente, el de los profesores fue el colectivo más numeroso en las manifestaciones y el que más colaboró en el plante laboral, dejando las aulas bajo mínimos. En al menos cinco colegios de Primaria ni uno solo de los profesores acudió a su puesto de trabajo.
También hubo importantes consecuencias en algunos centros de salud y, sobre todo, en el hospital Mateu Orfila. Hasta ocho intervenciones quirúrgicas tuvieron que ser suspendidas por la falta de personal, así como la realización de diversas consultas y pruebas diagnósticas.
Para los sindicatos, las cifras son aún más elocuentes. Elevan la concurrencia a las manifestaciones hasta las 14.000 personas y cifran el ausentismo en administraciones como el Consell hasta cerca del 90%. Lo cierto, no obstante, es que, la huelga sólo impidió abrir al público el polideportivo de Maó y la oficina de Correos en Ciutadella. Todos los demás servicios municipales funcionaron con aparente normalidad.
Al término de la jornada, los sindicatos insistieron en ver la botella medio llena y en reclamar al Gobierno un viraje inmediato de sus políticas laborales. «Hemos vivido una jornada histórica, la manifestación más grande hecha nunca en Menorca, superior incluso a las que se convocaron contra la guerra de Irak», remarcó Ramón Carreras (Comisiones Obreras). «Rajoy debe darse cuenta ya», asintió el otro líder sindical, Servando Pereira (UGT). Pero el PP aún pide «tiempo». La calle ha hablado pero, de momento, nada cambia.
En los días previos se habían esgrimido tantas razones y motivos de rechazo que la protesta unió en una misma voz a multitud de colectivos. Incluso a los partidos de izquierda, que se implicaron de forma activa al lado de las pancartas.
El resto del día, la huelga total no logró su objetivo de paralizar Menorca, pero sí hizo que la Isla liderara la protesta contra los recortes en el sector público en el conjunto del archipiélago. A diferencia de lo ocurrido en Balears y el resto de España, donde la huelga tuvo una menor incidencia que la del 29 de marzo, la protesta ayer fue secundada en Menorca de forma más concurrida que hace medio año.
Lo reconocieron hasta la patronal y la propia administración pública. La primera admitió un seguimiento de la huelga del 6% en el sector privado -el doble que en marzo- y los comercios, pese a permanecer abiertos, registraron menos compras de lo habitual. El Govern, por su parte, elevó el número de funcionarios en huelga desde el 17,5 al 23%. Según el Ejecutivo autonómico, Menorca fue la Isla balear donde más empleados públicos se ausentaron en los centros de salud (11,91%) y los colegios (31,64%).
Precisamente, el de los profesores fue el colectivo más numeroso en las manifestaciones y el que más colaboró en el plante laboral, dejando las aulas bajo mínimos. En al menos cinco colegios de Primaria ni uno solo de los profesores acudió a su puesto de trabajo.
También hubo importantes consecuencias en algunos centros de salud y, sobre todo, en el hospital Mateu Orfila. Hasta ocho intervenciones quirúrgicas tuvieron que ser suspendidas por la falta de personal, así como la realización de diversas consultas y pruebas diagnósticas.
Para los sindicatos, las cifras son aún más elocuentes. Elevan la concurrencia a las manifestaciones hasta las 14.000 personas y cifran el ausentismo en administraciones como el Consell hasta cerca del 90%. Lo cierto, no obstante, es que, la huelga sólo impidió abrir al público el polideportivo de Maó y la oficina de Correos en Ciutadella. Todos los demás servicios municipales funcionaron con aparente normalidad.
Al término de la jornada, los sindicatos insistieron en ver la botella medio llena y en reclamar al Gobierno un viraje inmediato de sus políticas laborales. «Hemos vivido una jornada histórica, la manifestación más grande hecha nunca en Menorca, superior incluso a las que se convocaron contra la guerra de Irak», remarcó Ramón Carreras (Comisiones Obreras). «Rajoy debe darse cuenta ya», asintió el otro líder sindical, Servando Pereira (UGT). Pero el PP aún pide «tiempo». La calle ha hablado pero, de momento, nada cambia.
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