El cese de directores acelera el adiós del delegado y Educació nombra a un diácono



Julián Hernández se posiciona contra la medida disciplinaria y contra la «prisa» por implantar el TIL. Precipita Acelera su renuncia y la vincula directamente a los hechos ocurridos en los dos últimos días. Se muestra dolido por la ‘espantada’ de la consellera ante la protesta de la comunidad educativa

ULTIMA HORA MENORCA

El delegado de Educació en Menorca, Julián Hernández, presentó ayer por la mañana su dimisión irrevocable del cargo, una decisión que ya había pactado tomar a final de curso con la consellera , Joana Maria Camps, pero que el cese de directores y el posterior revuelo generado en la comunidad educativa de la Isla ha precipitado. En el escrito remitido a la Conselleria de Educació, al que ha tenido acceso este diario, Hernández vincula directa e inequívocamente su adiós a los hechos ocurridos en los dos últimos días.

Su versión contradice así la esgrimida desde la Conselleria de Educació, que ayer aseguraba que se trataba de una simple jubilación pactada y que no tenía «nada que ver» con la apertura de expedientes disciplinarios a directores de escuelas de la Isla por su negativa a aplicar el Decreto de Tratamiento Integrado de Lenguas (TIL).

Tras afrontar en solitario la protesta protagonizada ayer por un grupo de 130 docentes, padres y estudiantes frente a la delegación de Educació en Maó y tener que asumir la «dura» responsabilidad de comunicar la medida disciplinaria a los directores, el hasta ayer delegado de la Conselleria en Menorca compareció ante los medios visiblemente emocionado para explicar los motivos que le han llevado a abandonar el cargo tras dos años.

Entre ellos se encuentra un cansancio evidente por los «complicados» meses que ha vivido en el cargo y su postura contraria a las medidas disciplinarias tomadas por la Conselleria: «Había pedido que no se llegase a este punto», lamentó Hernández, quien aclaró que «no era mi apuesta», en alusión a la apertura de expediente disciplinario y suspensión de empleo y sueldo, de momento, a los directores de los tres institutos de Maó: «A mi me pagan para solucionar problemas, no para crearlos, no se pueden hacer las cosas de esta manera». Y lanzó un mensaje a la Administración: «Conviene hacer una reflexión para buscar el consenso y salvar a los niños».

En cuanto al detonante de los ceses, la implantación del TIL, Hernández lamentó la prisa con la que se está queriendo aplicar: «Quieren implantarlo todo en dos años o tres: no se pueden hacer integrales antes de saber multiplicar, estamos jugando con los alumnos».

Hernández aseguró que «comprende» las protestas de la comunidad educativa y se mostró «triste» por su adiós tras 40 años de profesión. Sin querer cargar contra nadie, sí dejó entrever su molestia por la actitud de la consellera Juana Maria Camps, que adelantó su vivita programada a la Isla para eludir protestas que el tuvo que afrontar en solitario: «Yo he dado la cara, en cuanto a su actitud pregúntenselo a ella». La Conselleria de Educació anunció ayer mismo que sus sustituto será  el profesor de Religión Guillem Ferrer, nacido en 1970 y ordenado diácono el año pasado.