NO A LA LEY MORDAZA DE INSEGURIDAD CIUDADANA
Estamos atravesando una situación de crisis económica que ha
pasado a ser sistématica y en la que la respuesta del gobierno ha venido de la
mano de recortes en derechos sociales, en derechos laborales, de los servicios
sociales como la educación, la sanidad, el aumento en las tasa que dificulta el
acceso a la justicia o la universidad para la clase trabajadora y donde cada
día hay más personas que sufren el drama del paro o los desahucios. Lógicamente
las movilizaciones y las protestas se agudizan y aglutinan a nuevos sectores de
la sociedad hasta ahora políticamente poco activos. Estas nuevas corrientes,
sumadas a colectivos que llevan años trabajando por la justicia social,
disfrutan actualmente de mejor consideración que las administraciones
gobernadas por aquellos que no tienen ninguna intención de cambiar las cosas.
Ante movimientos y formas de actuar que
tienen una gran aceptación, el poder crea nuevas formas de represión más
invisibles. El Consejo de Ministros ya ha firmado el anteproyecto de la Ley de
Protección de la Seguridad Ciudadana. En este se recogen 58 tipos de
infracciones legales. Algunas eran anteriormente faltas penales, pero han
pasado a ser infracciones administrativas, así que para imponer una sanción
basta con aplicar el principio de veracidad de los cuerpos de seguridad del
Estado que la denuncian. Y todo ello sin que intervenga un juez.
Las sanciones por infracción van de las leves
(de 100 a 1.000€), pasando por las graves (de 1001 a 30.000€) hasta las muy
graves (de 30.001 a 600.000€).
Con la nueva ley, protestar nos puede salir
muy caro, nuestra ciudadanía nos puede salir muy cara. Tan cara que el precio
es la pérdida de derechos fundamentales como el derecho a reunión y
manifestación o el derecho a la libertad de expresión.
Algunos ejemplos:
- Participar en una manifestación no
comunicada puede suponer hasta 1000€ de multa.
- Modificar el itinerario en una
manifestación comunicada también hasta 1000€.
- Amenazar o insultar a un policía durante
una manifestación, así como grabarlo o fotografiarlo durante acciones que puedan
dañar su honor o imagen y su difusión, hasta 1000€.
- Desobediencia a la autortdad o negativa a
identificarse, hasta 30.000€.
- Negativa a disolver una convocatoria
comunicada, hasta 30.000€.
- Injuriar, calumniar o perder el respeto a
cualquier institución, autoridad o empleado público puede representar una multa
de hasta 1.000€.
- La “ofensa” a España, comunidades autónomas,
instituciones locales, así como a sus símbolos o himnos efectuados por
cualquier medio (esto incluye Internet), hasta 30.000€
- Parar un desahucio, hasta 30.000€.
- Perturbación muy grave del orden en actos
públicos, deportivos, culturales, espectáculos, oficios religiosos u otras
reuniones multitudinarias, hasta 600.000€.
La reforma no tiene otra finalidad que
disuadir de que nos quejemos y de que hagamos visible nuestra voluntad de
cambio a aquellos que estamos sufriendo las consecuencias de un sistema y unas
políticas injustas con la mayoría. El gobierno parece añorar los tiempos del
franquismo. No quiere oposición a sus políticas o, a lo sumo, que ésta sea
minoritaria y clandestina. Si el gobierno pone precio individual a la protesta
colectiva, nuestra respuesta tiene que ser aún más colectiva.
Todos los derechos y libertades se han
conquistado a través de la organización, la reivindicación y la desobediencia
civil. El sufragio universal, los derechos laborales, el derecho al aborto, el
derecho a huelga o la supresión del servicio militar obligatorio son sólo unos
ejemplos de los conseguidos por la organización y movilización de la sociedad
frente a lo establecido.
Por todo ello, rechazamos la Ley de Protección
de la Seguridad Ciudadana y nos oponemos a ella haciendo exactamente lo que
pretenden erradicar: movilizándonos, organizándonos y desobedeciendo las leyes
injustas, con tal de no perder derechos que tanto costó conseguir y para
conquistar otros nuevos. Porque sabemos que el poder reside en el pueblo
organizado y que otro mundo es posible, saldremos a la calle tantas veces como
sea necesario para decir que ¡NO PASARÁN!.
Diversos moviments socials, així com sindicats i partits
polítics se sumen a la convocatòria: la Plataforma d’Afectats per la Hipoteca,
la Plataforma en defensa de l’escola pública, l’APIMA IES Cap de Llevant,
Entrepobles, 15M, Menorca en Transició, Així No!, AFEM, CCOO, UGT, STEI-i, CGT,
PSOE, PSM, EU i EQUO.
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