Diego Ruiz: «UGT elimina la toma de decisiones en Ibiza para supeditar todo a Mallorca».

El veterano sindicalista lamenta que la precaria situación económica de la plataforma afecte a la estructura de organización en las islas.(Diario de Ibiza).

La voz de UGT en las Pitiusas, el camarero que ha sido secretario general de este sindicato durante 17 años, remitió ayer su renuncia a UGT Balears. Su puesto peligraba ante la inminente desaparición de la organización territorial, pero ha decidido bajarse antes. Asegura que se va al paro y vaticina la desaparición de la Unión Insular Pitiusa.

RAQUEL SÁNCHEZ | IBIZA Después de años de reclamar una nueva sede, Diego Ruiz no ha llegado a estrenarla. Dimite por su desacuerdo con la decisión del sindicato de eliminar la rama territorial de la organización y, aunque reconoce que la mala gestión de sus propios compañeros ha llevado a UGT a una lamentable situación económica, sostiene al mismo tiempo que el Govern balear está estrangulando a las plataformas sindicales. Ruiz presentó su dimisión ayer, cuatro meses después de que lo hiciera Manuel Pelarda como secretario general de UGT en Balears. Pelarda alegó motivos de salud, que algunos han interpretado como una excusa para escapar de la caótica situación la central sindical. Una gestora encabezada por el secretario estatal de Organización, José Javier Cubillo, dirige ahora el sindicato en el archipiélago, donde nadie parecía dispuesto a coger el toro por los cuernos tras la marcha de Pelarda. Las dimisiones de Ruiz y Pelarda, así como el anuncio del secretario general, Cándido Méndez, de que no optará a la reelección en 2016, dan idea del bache que esta histórica organización atraviesa.

-¿Qué le ha llevado a marcharse ahora?
-Es una decisión muy meditada, que se ha formalizado en este momento más por la situación organizativa que por la económica. Hay un componente económico que condiciona todo, hasta la estructura del sindicato, y esa situación hace que se vayan a tomar decisiones que, bajo mi punto de vista, no benefician en nada a UGT.

-¿Qué decisiones?
-La de reducir la estructura de la UGT en Ibiza, algo que posiblemente desemboque en la desaparición de la Unión Insular como organismo. En UGT tenemos dos organizaciones sobrepuestas, la territorial y la federal. Lo que se hará durante el proceso de congresos [está previsto que el Comité Confederal se celebre en junio] es reducir la territorial para darle más fuerza a la federal. En Ibiza, los compañeros de Hostelería y Comercio son de la rama federal. Las dos compañeras de asesoría y yo, de la territorial.

-Todos los demás, los integrados en la estructural federal, permanecerán.
-No peligran en principio, porque de lo que se está hablando es de reducir la estructura territorial. Yo entiendo que no debería eliminarse, porque en el ámbito del que hablamos, Ibiza y Formentera, solo está constituida una de las cinco federaciones de UGT (la de Hostelería y Comercio). Desde el organismo territorial cubríamos esa carencia de federaciones y ese trabajo va a ser difícil de atender. Pero sobre todo, la supresión de la territorial significa terminar de eliminar la capacidad ejecutiva y de toma de decisiones de Ibiza para supeditarlo todo a Mallorca.

-Si en la raíz de todo están los problemas económicos, ¿no culpa a sus compañeros de Mallorca por los pufos inmobiliarios que han llevado a la actual situación?

-Hay de todo. Por una parte es cierto que fue una metedura de pata tremenda meterse en operaciones inmobiliarias porque, si encima salen mal, tienen el resultado que tienen, pero también tiene parte de responsabilidad la Administración. El Govern balear ha cerrado el grifo de las subvenciones que se había comprometido a dar a los sindicatos y a las organizaciones empresariales. En otras comunidades autónomas esas ayudas se han reducido en distintos porcentajes: un 20, un 30 o un 50 por ciento. En nuestro caso se ha pasado a cero, se ha reducido al 100 por ciento.

-Se ha señalado muchas veces que los sindicatos debían dejar de ser organismos dependientes y buscar fórmulas de autofinanciarse.
-No es que la subvención sea la única forma de financiación, porque tenemos la afiliación, pero lógicamente al adelgazarse el presupuesto hay que ajustar los gastos a los ingresos. Si nosotros tenemos unos ingresos equis por afiliación tendremos que ajustar la estructura del sindicato a los ingresos que se tiene, porque ya no se cuenta con otros. La discusión que hemos mantenido durante todo este tiempo con Mallorca, básicamente, se centraba en dónde se tenía que recortar.

-Vamos, que no se recortara solo en Ibiza.
-Efectivamente. Al final, en una organización como la UGT se toman decisiones por mayoría y la mayoría de la afiliación y de la representatividad la tiene Mallorca, por eso son ellos los que toman las decisiones.

-¿En Mallorca no ha habido una reorganización de las estructuras como en Ibiza?
-Sí la ha habido. La diferencia entre un ámbito y otro es que allí, además de la estructura territorial, tienen completada la estructura federal. Tienen estructura en las cinco federaciones existentes, por lo que su organización territorial tiene menos importancia que en Ibiza, donde no hay federaciones.

-¿Qué está ocurriendo en UGT Menorca?
-Están igual que nosotros. Por lo que nos han contado y por lo que estamos viendo, el futuro del sindicato es una reorganización total, un adelgazamiento de la estructura territorial a nivel estatal por el cual las Uniones pequeñas, como es el caso de Ibiza o de Menorca, tienden a desaparecer como órganos con capacidad ejecutiva. Se pasaría a tener un delegado territorial que estaría supeditado a las decisiones que Mallorca tomase. En cualquier caso, no habría comisión ejecutiva en la isla.

-¿Cómo afectan estos cambios a los trabajadores de las Pitiusas en el día a día? ¿A quién deben dirigirse?
-En el día a día no tendrían por qué afectar. La labor en las empresas lo mismo da que la haga un secretario general que un delegado territorial. El trabajo se va a seguir haciendo haya lo que haya y se llame como se llame. La que sí se verá afectada directamente es la capacidad que se pueda tener desde Ibiza para tomar decisiones en los ámbitos de la política sindical o institucional. Eso es lo que entiendo que perjudica al sindicato, en tanto que no tendremos autonomía para trabajar.

-¿Quién será ahora la cabeza visible de UGT en las Pitiusas?
-Eso está por ver, porque ahora la organización tendrá que convocar al comité extraordinario, que es el órgano máximo en una situación como esta. El comité tendrá que elegir a una persona o a un grupo de personas para que sigan adelante con el sindicato. El relevo tiene que producirse en los próximos días, como muy tarde a principios de febrero.

-La situación económica del sindicato, ¿tiene algo que ver con el retraso en el traslado a la nueva sede?
-No. El retraso de la sede está causado por cuestiones administrativas del Ayuntamiento de Ibiza. Hubo que solventar una serie de problemas pero ya están resueltos definitivamente, ya se ha hecho la gestión formal en el Ministerio de Hacienda [propietario de los locales] y en cualquier momento se va a efectuar el cambio.

-¿Desde cuándo está terminada la obra?
-Desde marzo. Mi marcha no cambia nada. Los compañeros que se quedan utilizarán esa nueva sede. Quien tiene la capacidad legal para usar esas instalaciones no es UGT de Ibiza, que no tiene personalidad jurídica, sino UGT de Balears. El usufructo, aunque desaparezca la organización territorial, seguirá siendo de UGT Balears. El único cambio que va a haber es el del secretario general.

-Por ahora.
-Por ahora. Más adelante, cuando culmine el proceso congresual que va a empezar en junio, se verá cómo queda. Lo que yo creo es que desembocará en la desaparición de la Unión como organización, pero la actividad de la UGT seguirá.