El Gobierno consuma la regresión de las libertades democráticas en nuestro país
Foto: @SocialcumbreS |
UGT
valora negativamente la Ley de Seguridad Ciudadana y la reforma del Código
Penal que se han aprobado en el día de hoy en el Congreso de los Diputados con
el único respaldo de los votos del Grupo Parlamentario Popular.
Para el
sindicato, estas normas, a pesar de incluir enmiendas positivas tramitadas
desde el Senado (como es el caso de la Ley de Seguridad Ciudadana), restringen
derechos fundamentales y cercenan las libertades democráticas en nuestro país,
por lo que exigen la retirada de las mismas de manera inmediata.
De esta
forma, el Gobierno, entre otras cuestiones, amplía el concepto de “sospechoso”
a toda persona que lleve algún tipo de prenda u objeto que cubra el rostro
total o parcialmente, sin requerir de forma clara que haya indicios de
infracción o delito; o generaliza como responsable de infracciones a cualquier
persona, aunque padezca una anomalía o alteración mental o intelectual que no
le permita comprender si el hecho es lícito o ilícito o no pueda actuar de otra
manera.
Además,
equipara como agravante en las sanciones el uso de la violencia y la amenaza
con la mera intimidación y legaliza la práctica ilícita de estas fuerzas del
Estado de devolver “en caliente” a los inmigrantes en Ceuta y Melilla, algo a
todas luces inconstitucional.
En
referencia a la reforma del Código Penal, UGT lleva reclamando desde hace años
la derogación del artículo 315.3 del Código Penal, que prioriza la facultad de
no ir a la huelga sobre el derecho fundamental y constitucional de ejercerla,
provocando un impacto muy negativo en los derechos fundamentales tanto
individuales como colectivos, ya que el Gobierno permite así que los
trabajadores, en lugar de estar protegidos por ejercer un derecho
constitucional, puedan ser encarcelados, quedándose totalmente desprotegidos.
La
ciudadanía está ya cansada de esta política represiva del Ejecutivo y así se lo
hizo saber en las multitudinarias movilizaciones del pasado 18 de marzo contra
los recortes de los derechos fundamentales protegidos por la Constitución, como
es el caso del derecho de huelga.
Además,
esta reforma introduce la prisión permanente revisable, algo a todas luces
inaceptable y preconstitucional, que vulnera el espíritu de la Constitución y
su orientación sobre el cumplimiento de las penas de prisión, imponiendo así un
Código Penal dirigido hacia la venganza antes que a la rehabilitación.
Leyes que
lo único que pretenden es acallar la protesta social, cercenar libertades
democráticas y convertir un conflicto social y laboral en otro de orden
público. Una prueba más de las políticas regresivas de este Gobierno hacia la
población de nuestro país y hacia los pilares de la democracia y el Estado de
Bienestar construidos en los últimos treinta años.
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