Desde entonces el gasto autorizado se ha reducido a cero, indica el sindicato, lo que redunda en la merma de una plantilla que forman unos 25 agentes. «El escaso número de policías impide garantizar la seguridad de las instalaciones y las personas del puerto en días normales», indica Enrique Noguera, responsable sindical.
Denuncia que durante la noche únicamente hay tres policías para todo el puerto, que fueron solo dos, por ejemplo, el día del acto del orgullo LGTBI. «Se cobra a los usuarios para realizar eventos pero se restan policías para dar seguridad tanto a las personas como a los propios agentes». Y subraya que la respuesta dada por la APB a esta situación «es que llamemos a una ambulancia» si es necesario. Recurrir a Policía Local o Nacional «es la pretensión de la APB para pasarles la pelota pero no se corresponde con la realidad y más aun habida cuenta de los pingües beneficios que tiene la entidad».
UGT afirma que los otros puertos de Balears no han recibido la misma supresión del gasto y sospecha que la causa es que el de Maó tienes menos tráfico y es el menos rentable para Autoridad Portuaria.
Recursos sin invertir
El ente público balear esgrime que las decisiones que suponen recortes no se toman por falta de recursos propios, sino que la APB no tiene automomía para invertirlos y corresponde a Puertos del Estado a través del Ministerio de Hacienda. «Tenemos recursos suficientes para ampliar la plantilla policial pero no la autonomía para las contrataciones», indican desde el departamento de comunicación. Los baremos para la gestión se rigen por el tráfico de mercaderías que marca la categoría del puerto lo que supone una singularidad añadida para los de Balears dado que han de multiplicar su estructura para ofrecer todos los servicios.
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